Una mujer jóven,

puede producir sueños

“Estoy logrando mi independencia económica y para mí eso es lograr mis sueños, ya que puedo contar con algunos recursos económicos para mis propias necesidades como mujer joven” – Claudia

Claudia es una mujer joven indígena de 24 años de edad, vive en la Aldea “Las Canoas” del Municipio de San Andrés Semetabaj del departamento de Sololá. A diferencia de muchas mujeres indígenas, tuvo la oportunidad de graduarse a nivel medio como Administradora de Empresas, en un lugar donde las oportunidades son escasas.

La falta de educación y trabajo han forzado a cientos de jóvenes de su comunidad a migrar hacia otros lugares, dentro y fuera del país, pero Claudia soñó con poner en práctica sus conocimientos en el lugar que la vio nacer, fue así como se involucró en diversos espacios, desarrollando un liderazgo que hoy le permite ofrecer oportunidades de crecimiento para ella y los demás.

Uno de esos espacios ha sido la Comisión de la Mujer que es parte de la estructura del Consejo Comunitario de Desarrollo de la localidad, donde promueve acciones en favor de los derechos de las mujeres; su involucramiento ha permitido que sus compañeras se sientan apoyadas para participar activamente, su liderazgo a temprana edad es un modelo para las demás mujeres.

Actualmente, lidera a un grupo de jóvenes que se dedica a varias actividades productivas. “San Miguel Arcángel” está conformado por hombres y mujeres, entre catorce y veinticinco años, con el mismo sueño de Claudia: generar oportunidades para su comunidad.

Juntos iniciaron la producción de hongos ostra, un producto alimenticio con un alto valor nutricional, que no es ajeno para Claudia; años atrás su familia había intentado la producción para venta, sin embargo, la falta de conocimientos técnicos sobre hongos les habría generado pérdidas, abandonando la iniciativa.

Acompañados por CARE y la Asociación Colectivo Poder y Desarrollo Local (CPDL), los jóvenes obtuvieron asesoría técnica, logrando mantener la producción, reducir las pérdidas y colocar su producto en el mercado local. Su esfuerzo fue apoyado por el Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE), que les cedió un espacio físico para instalar el negocio.

En pequeños cuartos oscuros, que funcionan de centro de producción, Claudia está viendo sus sueños hacerse realidad, mientras la iniciativa se expande. Las y los participantes buscan implementar nuevos centros de producción en sus propias viviendas para incrementar las ventas, actualmente han creado su propia marca, personalizando su empaque para promocionar en medios digitales.