Crisis del

hambre

Sin alimento no hay futuro

Hoy hay menos alimentos disponibles. Los alimentos disponibles son menos accesibles. Los alimentos accesibles no son alcanzables. Y en muchos lugares, el acceso a los alimentos es una cuestión de género, cuyas consecuencias recaen en las mujeres, que suelen ser las últimas y las que menos comen en tiempos de crisis.
Los conflictos, el cambio climático y la COVID-19 han agravado una situación de emergencia ya existente, poniendo en peligro el futuro de millones de familias y niños. Se ha producido un fuerte descenso de la producción agrícola en Europa. El comercio internacional se ha visto perturbado y se han impuesto sanciones, deteniendo el flujo de alimentos y recursos vitales en todo el mundo. Sin alimentos ni fertilizantes, las tiendas están vacías, los precios se disparan, las cosechas se ven amenazadas y aumenta la inseguridad alimentaria

¿Podemos acabar con el hambre en el mundo? Cómo responde CARE a la crisis mundial del hambre

CARE ha puesto en marcha una respuesta integral a esta crisis que cubre todo el espectro de la inseguridad alimentaria y nutricional, desde la respuesta de emergencia y el tratamiento de la desnutrición grave, hasta la transición a la recuperación a corto plazo y la creación de planes y sistemas a más largo plazo que preparen a las familias para resistir futuras crisis.

Salvar vidas ahora: suministros inmediatos de alimentos vitales y vales en efectivo, acceso a oportunidades laborales y prevención de la desnutrición potencialmente mortal.

Cultivando alimentos y resiliencia: con prácticas agrícolas más eficientes, alternativas a los fertilizantes y un almacenamiento más seguro de los alimentos garantizaremos que haya una próxima cosecha.

Cambiar los sistemas alimentarios mediante la incidencia política: desde el trabajo con socios del sector privado y donantes hasta la incidencia política con los gobiernos para evitar que se repitan las crisis.

¿Cómo se ven afectadas las

familias guatemaltecas?