Guatemala tiene la segunda tasa de desigualdad de género más alta de la región de América Latina y el Caribe después de Haití. Como resultado, existe una exclusión sistemática de las mujeres y las niñas de la educación formal, la salud integral, los ingresos y medios de vida decentes, la participación social y política, así como altos índices de violencia. El perfil general de las condiciones que enfrentan las mujeres guatemaltecas, particularmente si son indígenas, es que tienen poco o ningún acceso al desarrollo social, económico, político y cultural del país.
A la problemática que enfrentan los microempresarios/productores se suma el desconocimiento sobre técnicas avanzadas para la elaboración y transformación de sus productos, esto da lugar a una disminución en la calidad del producto, rendimientos inferiores a los necesarios para entrar en dinámicas comerciales estables, y baja rentabilidad para sostener la actividad comercial. Para agravar la situación, las mujeres microempresarias a menudo carecen de las habilidades empresariales y sociales básicas necesarias para crear negocios sostenibles. Los obstáculos que enfrentan las mujeres microempresarias/productoras desencadenan otros problemas sociales, pues cuando no son capaces de desarrollar negocios sostenibles, y/o mejorar la vida de sus familias a través del control y manejo de su dinero y recursos, muchas veces se quedan con la devastadora opción de emigrar; Sin embargo, si se ayuda a las mujeres a lograr la seguridad financiera y a obtener el control sobre la toma de decisiones económicas acelerando el crecimiento y el mantenimiento de sus microempresas, al tiempo que se apoya un entorno familiar y comunitario en el que la violencia no se considera aceptable, podemos avanzar en la igualdad de género y romper este ciclo.
Con el apoyo de la Fundación Peierls a esta propuesta de 12 meses de Fase III en 2024, CARE escalará la experiencia desarrollada en las dos fases anteriores a municipios del departamento de Totonicapán, donde trabajaremos con 160 mujeres emprendedoras, para fortalecer sus cadenas productivas e impulsar estrategias para posicionar sus productos en el mercado.
Mujeres y hombres participan
de forma directa
Mujeres organizadas y capacitadas para la implementación de actividades productivas/microempresariales
Alcanzadas de forma indirecta
Promover el desarrollo de capacidades económicas y mejorar el acceso a los mercados para lograr la generación de ingresos permanentes.