En la primera línea de la
conservación y la reforestación
En las zonas rurales de Guatemala, sobre las mujeres ha recaído la responsabilidad de recolectar toda el agua para satisfacer las necesidades de su hogar. A veces hacen varias caminatas al día hasta la fuente más cercana, exponiéndolas a un gran riesgo de violencia o acoso en el camino. A pesar de esto, rara vez tienen algún papel en la operación o el mantenimiento de sus sistemas de agua comunitarios, o alguna voz en la toma de decisiones.
En los frondosos bosques de Chuamazán, en Totonicapán, un comité de gestión del agua está cambiando esa dinámica. Cuatro mujeres y un hombre conforman el comité que mantiene y supervisa tres cuencas hidrográficas y un tanque de almacenamiento para una comunidad de 50 hogares.
“Nuestro trabajo es por velar por el bosque y los nacimientos del agua. Venimos a ver si los tanques están en funcionando correctamente y reportamos si hay tuberías rotas” comenta Angelina Chivalán, presidenta del comité.
Esta es la primera vez que Angelina ocupa el cargo y se siente orgullosa de representar a su comunidad. “En mi comunidad todas las casas tienen agua 24 horas. Nuestra responsabilidad es que continúe así y para que no nos falte el agua cuidamos que no talen los árboles y nos turnamos para ello” agregó.
Junto a ella se encuentra Jessica Sapón, quien lleva un bastón de madera pulida que representa la posición de autoridad del comité en la comunidad. Los miembros son todos voluntarios y se toman muy en serio sus deberes, subiendo y bajando por los senderos del bosque casi a diario para asegurarse de que el agua esté limpia y accesible.
Esta cuarta fase del proyecto Agua+ de CARE, que ha contado con un total de 1, 115 participantes directos y 75, 000 indirectos. El proyecto tiene como objetivo mejorar el acceso equitativo al agua potable y al saneamiento para las comunidades indígenas, especialmente las mujeres y las niñas.
Las primeras tres fases, con una duración de dos años cada una, se implementaron en el Altiplano Occidental, centrándose en trabajar con los gobiernos municipales para mejorar la gestión de los servicios, y en brindar capacitación y apoyo a los comités de agua para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de agua rurales. La cuarta fase se está implementando con un fuerte enfoque de género en los departamentos de Totonicapán y Quiché.
“Estamos promoviendo una agenda interinstitucional en torno a las mujeres y el agua, para llevar a cabo acciones estratégicas a nivel nacional que puedan ser implementadas localmente y que responsan a las necesidades de las mujeres” expresa Adolfo Ochoa, coordinador del proyecto.
A diferencia de otras regiones de Guatemala, el agua es abundante durante todo el año en esta comunidad. El sistema de agua basado en la gravedad, con un gran tanque de almacenamiento en la cima de una colina y un punto de distribución cuesta abajo, es rentable y eficiente desde el punto de vista energético.
CARE trabajó con las autoridades municipales para analizar todo el sistema, incluido el muestreo de la calidad del agua que consumen las familias locales.
Agua+ es parte de una iniciativa más amplia de CARE para proteger los bosques de Guatemala y promover la conservación. El comité de gestión del agua también es responsable de supervisar estas actividades.
La sostenibilidad a largo plazo del bosque requiere una combinación de esfuerzos de conservación y protección, especialmente a medida que el cambio climático altera los patrones de precipitaciones y temperaturas. Los comités de gestión del agua son los defensores de primera línea. CARE, las autoridades municipales y los socios ejecutores brindan asesoramiento técnico y apoyo con las pruebas y análisis de la calidad del agua, pero todas las decisiones son tomadas por los comités.
¿Qué tan efectivas han sido estas cuatro mujeres en el comité de agua de su comunidad? “Cumplen exactamente la misma función que los hombres”, dice Alex Yax, de la oficina Municipal de Agua y Saneamiento. “Aún existe mucho machismo en la mayoría de las comunidades. Pero estas barreras se han ido rompiendo poco a poco, y las mujeres realizan las mismas funciones que los hombres sin ningún problema”.