“Empezamos a sacar lo que pudimos, pero se quedaron la mayoría de cosas” daisy chavac

“Mi nombre es Daisy Marilú Chavac Camey, tengo 28 años, soy originaria de San Raymundo Sacatepéquez” las palabras de Daisy resuenan a nuestro alrededor, estamos en el caserío Santa María Tonichaj, del municipio de San Pedro Carchá, Alta Verapaz, a unos 370 kilómetros de la tierra que la vio nacer.

Todo a nuestro alrededor parece un caos, árboles caídos, caminos entrecortados, cosechas arrasadas, en las viviendas aún prevalece el café del lodo, todo a causa del paso de las tormentas Eta e Iota, que afectaron a todo el país y dejaron mayores consecuencias en los departamentos de Alta Verapaz e Izabal.

Daisy vive aquí desde que se casó, es Kaqchikel y aún no domina completamente el Q’eqchi’, idioma de los locales.  Su familia la integra su esposo y sus dos hijos, el más pequeño aún es “de brazos” y lo arrulla constantemente mientras conversamos. “Me vine a hacer familia con mi esposo” relata, fue la primera vez que tuvo que empezar desde cero.

Tras el paso de las tormentas, empezar de cero es su única opción.

El día que empezó la inundación era como las cinco de la tarde, vimos como el agua empezaba a subir y allí empezamos a sacar lo que pudimos, pero se quedaron nuestras camas, enseres de cocina, la mayoría de nuestras cosas

Las lluvias habían empezado desde la mañana, provocando el desborde de los ríos e inundaciones en decenas de comunidades, entre ellas Santa María Tonichaj. Al principio Daisy y su familia intentaron protegerse en casa de sus suegros, pero la inundación era tal que también debieron abandonarla y refugiarse en uno de los albergues habilitados.

El albergue era temporal y ahora deben regresar a una casa que la lluvia se llevó “necesitamos frazadas, útiles de cocina, pero lo más importante es recuperar nuestra casa, porque la perdimos”.

La historia de Daisy parece ser la historia de la comunidad, la emergencia les afectó por igual. CARE Guatemala asistió a las familias con alimentos e insumos de higiene y protección para evitar la propagación del COVID-19, sin embargo, debido a la magnitud de la problemática, las familias necesitarán apoyo inmediato y a mediano plazo para recuperar sus medios de subsistencia.

“Hemos pasado momentos difíciles” finaliza Daisy, fijando su mirada en los efectos de las tormentas, mientras continúa arrullando fuertemente a su hijo menor.