Cosechando el Futuro

Fase III
Reduciendo la brecha nutricional en Alta Verapaz

En Guatemala, la crisis alimentaria y nutricional sigue cobrando vidas. 2.9 millones de personas enfrentaron niveles de crisis (Fase 3 IPC) de inseguridad alimentaria. Y las proyecciones advierten que esta situación persistirá, con Alta Verapaz como uno de los departamentos más afectados

Aquí, las familias conviven con la falta de alimentos nutritivos, el deterioro de sus sistemas de producción agrícola por fenómenos climáticos, el acceso limitado a agua segura y servicios básicos de salud.

El desafío va más allá de producir alimentos: implica romper un ciclo de pobreza y malnutrición que afecta especialmente a niñas, niños y mujeres. La falta de dietas diversas, la poca disponibilidad de proteínas de origen animal y la desigualdad en la toma de decisiones dentro de los hogares limitan las posibilidades de cambio.

En este contexto, es urgente una respuesta integral que no solo brinde asistencia inmediata, sino que fortalezca las capacidades de las comunidades para garantizar su propia seguridad alimentaria a futuro.

5,000

participantes

500

Huertos

500

mujeres con acceso a grupos de ahorro

Nuestra respuesta

Con el apoyo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, CARE Guatemala acompañará a 500 familias (aproximadamente 4,000 personas) en Alta Verapaz con servicios integrales en agricultura, salud, nutrición e higiene. La intervención se centra en tres grandes resultados: empoderar a las mujeres, fortalecer los sistemas de producción agrícola y promover cambios de comportamiento para una mejor salud y nutrición.

Empoderamiento de mujeres

  • Sesiones de empoderamiento personal: al menos tres encuentros enfocados en derechos humanos, derecho a la alimentación y toma de decisiones en el hogar, especialmente sobre nutrición.
  • Grupos de ahorro y crédito (VSLA): se establecerán 20 grupos, con kits de ahorro para 500 mujeres, que funcionarán como redes financieras comunitarias para enfrentar emergencias de salud y alimentación.

 

Sistemas de producción agrícola resilientes

CARE apoyará a las familias en la creación de huertos familiares diversificados y adaptados al clima, que garanticen alimentos nutritivos durante todo el año. Cada familia recibirá:

  • Semillas nativas de alto valor nutricional y resistentes al cambio climático.
  • Tecnología de riego (tanques, tuberías y accesorios) para optimizar el uso del agua.
  • Kits de fertilización orgánica para producir abonos naturales, incluyendo lombricultura (Eisenia foetida).
  • Aves criollas y alimento balanceado: 12 por familia, para mejorar la ingesta de proteína animal y generar ingresos.
  • Capacitación técnica bajo el modelo Escuelas de Campo y de negocio (Farmer Field and Business Schools, FFBS), que integra prácticas agrícolas, nutricionales, derechos de mujeres y niñas e higiene. 

 

Salud, nutrición y cambio de comportamiento

  • Sesiones de sensibilización con los grupos FFBS: lactancia materna exclusiva, alimentación diversa y rica en nutrientes, y detección temprana de enfermedades infantiles.
  • Capacitación en higiene personal y del hogar: eliminación de la defecación al aire libre, lavado de manos y limpieza de espacios.
  • Recetas nutritivas locales: talleres prácticos para preparar comidas balanceadas con alimentos disponibles en la comunidad.
  • Entrega de insumos esenciales:
    • Utensilios de cocina Lucky Iron Leaf, que aportan hierro a las comidas para prevenir anemia.
    • 500 filtros de agua para consumo seguro en los hogares.
    • Nutri Listo, suplemento desarrollado por INCAP, diseñado para niñas y niños en riesgo de malnutrición, con seguimiento y promoción de su uso durante tres meses.

Alianzas estratégicas

El éxito del proyecto se sustenta en la fuerza de las alianzas. CARE Guatemala, con más de seis décadas de experiencia en el país, une esfuerzos con la organización comunitaria Corazón del Maíz, reconocida por su profundo conocimiento del territorio Q’eqchi’ y su trabajo en seguridad alimentaria.

Estas capacidades locales se complementan con el compromiso de aliados como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyo apoyo ha permitido validar y escalar este modelo en fases previas.

Además, la coordinación con instituciones nacionales —Ministerio de Agricultura, Ministerio de Salud y la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN)— asegura que la intervención esté alineada con políticas públicas y que su impacto pueda replicarse a mayor escala.

Impacto a largo plazo

El proyecto FNGAP III no se limita a entregar insumos: busca romper el ciclo de malnutrición y pobreza en Alta Verapaz mediante cambios estructurales y sostenibles.

  • Capacidades comunitarias sostenibles

Las familias contarán con recursos productivos permanentes: semillas nativas, aves criollas, sistemas de riego y filtros de agua que se reproducen o mantienen en el tiempo.

La capacitación en técnicas agrícolas resilientes y prácticas de nutrición e higiene asegura que los conocimientos se transmitan de generación en generación.

  • Liderazgo y equidad

El empoderamiento de las mujeres en espacios de decisión y en los grupos de ahorro (VSLA) refuerza su papel como agentes de cambio en la seguridad alimentaria de sus comunidades.

A través de estos mecanismos, las mujeres tendrán acceso a recursos económicos y redes de apoyo que trascienden la duración del proyecto.

  • Escalamiento y réplica

El modelo probado de las Escuelas de Campo y de Negocio, permite formar promotores locales que continuarán multiplicando conocimientos y acompañando a otras familias.

Esto crea un efecto multiplicador: más hogares podrán implementar huertos, mejorar su nutrición y sostener sus ingresos sin depender de asistencia externa.

Un proyecto finananciado por