Vilma, lideresa y promotora de
oportunidades para otras mujeres
“Soy una mujer orgullosa de mí misma, trabajando en lo que me gusta”, dice Vilma Teni mientras teje. Desde Alta Verapaz, Vilma ha transformado su vida y la de otras mujeres.
Vilma, madre de una niña de 10 años, recuerda con satisfacción cómo su vida ha cambiado. “Ahora vivimos en un lugar nuevo, construido con láminas y parales; ya no se nos entra el agua”, comparte, mientras sostiene las manos de su hija con una sonrisa.
Con el apoyo de una transferencia monetaria que recibió a través del proyecto Mujeres Tejiendo Vidas Libres de Violencia, Vilma compró los materiales necesarios para tejer. Lo que le sobró lo invirtió en un grupo de ahorro comunitario. Al generar intereses, pudo duplicar su dinero y logró construir su hogar. “Nunca me imaginé tener mi propia casa”, confiesa, con una mirada de orgullo.
Hoy, Vilma no solo sostiene a su familia con su negocio, sino que también genera empleo para otras mujeres de su comunidad. “Realizo de 6 a 8 güipiles a la semana, entonces, ofrezco trabajo a otras mujeres. Les entrego los hilos, ellas los tejen y yo les pago”, explica. Actualmente, su emprendimiento beneficia a siete mujeres que también encuentran en el tejido una fuente de ingresos y un camino hacia la autonomía.
“Nosotras, como mujeres, tenemos muchas necesidades, y muchas hemos enfrentado violencia”, dice Vilma, reflexionando sobre su propia experiencia y la de otras mujeres en Alta Verapaz, uno de los departamentos con las tasas más altas de violencia contra la mujer en Guatemala.
Sin embargo, su participación activa en los talleres de capacitación impartidos por CICAM le ha permitido replantear su visión de la vida. “Estos talleres me han abierto la mente. He aprendido como mi emprendimiento puede crecer y ser sostenible, también a valorar quién soy como mujer y a exigir mis derechos”.
Con la mirada puesta en el futuro, Vilma sueña con construir un taller más grande y cómodo para que las mujeres que colaboran con ella puedan trabajar en un espacio seguro y digno. “Quiero seguir creciendo y ayudando a más mujeres que lo necesitan”, expresa con esperanza.
“Soy una mujer que vive libre de violencia y trabaja en lo que le apasiona”, concluye Vilma. Hoy, su historia es un reflejo de su capacidad para superar los retos y de su liderazgo para abrir caminos hacia un cambio en su comunidad.