Iniciar un negocio tras la pandemia del COVID-19, siendo mujer y madre soltera, parece un sueño difícil de alcanzar, pero 12 mujeres de Entre Ríos, en Puerto Barrios, nos demuestran que, con esfuerzo y compromiso, es posible.
En la pequeña aldea, fronteriza con Honduras, el comercio es abundante. El paso de contenedores y personas parece dinamizar la economía de las familias. Sin embargo, esos beneficios son lejanos para las mujeres, quienes no cuenta con acceso a créditos o capital semilla que les permita ingresar a la dinámica comercial del lugar.
“Ha sido un camino largo, pero a pesar de lo que hemos pasado, todas hemos trabajado para sacar a nuestros hijos adelante y ahora debemos sacar nuestros proyectos” expresó Blanca Álvarez, una de las emprendedoras.
Ella, al igual que las otras mujeres, participa activamente del proyecto “Transfórmate: mujeres libres de violencia”, una iniciativa que procura la recuperación económica y la protección de sobrevivientes de violencia en los departamentos de Quiché, San Marcos, Quetzaltenango, Alta Verapaz e Izabal.
Antes de iniciar con su emprendimiento, las participantes formaron parte de un proceso de fortalecimiento de capacidades que duró cuatro meses, durante los cuales aprendieron sobre empoderamiento personal, diagnósticos y planes de negocio, presupuestos y análisis de costos y administración.
Una vez identificaron su fuente de ingreso, recibieron un capital semilla y el equipo necesario para emprender.
“Sabemos que, al poner dinero en las manos de las mujeres, estás lo harán crecer y eso beneficia a las comunidades completas” destacó Erica Díaz, coordinadora del proyecto.
El apoyo económico y diversos servicios que se está brindando a más de 800 mujeres del departamento de Izabal, es gracias a la generosa contribución del pueblo estadounidense a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).