Siento que mi vida ha cambiado
“Espero que mis hijos tengan todo lo que yo no pude tener”, mientras organiza los productos que vende en su negocio. Su determinación y esfuerzo diario son un reflejo de su compromiso por construir un mejor futuro.
Candelaria es una sobreviviente de violencia de género. Obligada a casarse siendo apenas una adolescente, su vida estuvo marcada por la falta de oportunidades y la violencia. Durante años, dependió económicamente de su ex conviviente, enfrentando un ciclo de pobreza y violencia
Su vida empezó a tomar un rumbo distinto al participar en el proyecto “Mujeres Tejiendo Vidas Libres de Violencia”, Candelaria accedió a un programa que le brindó herramientas para transformar su vida. “Me recordaron que tengo derechos, que valgo como mujer y que puedo tomar mis propias decisiones,” comenta con determinación.
Con el apoyo del proyecto, Candelaria comenzó una venta de verduras. “Con la primera transferencia compré tomates, güisquiles y cebollas. Vendí todo y reinvertí el dinero” recuerda con orgullo. Poco a poco, su negocio creció, diversificándose con la venta de elotes cocidos, tamales por encargo y otros productos.
En este proceso, cuenta con el apoyo de su hija Sonia, quien, en ocasiones, la acompaña en las capacitaciones. “Ella me explica lo que no entiendo y escribe todo en mi cuaderno”, dice con gratitud.