Basada en el análisis de los efectos del cambio climático en la vida de las personas, y especialmente en las más pobres y excluidas, CARE busca incluir en sus estrategias de desarrollo, el aumento de las capacidades de resiliencia de las personas para enfrentar, adaptarse y recuperarse de los diversos riesgos y amenazas en las comunidades más vulnerables.
En Guatemala y Centroamérica los frecuentes desastres naturales afectan negativamente la vida y los medios de vida de las personas. Resultan reiteradamente vulnerados los ecosistemas naturales (bosques, manglares, ríos, lagos, agua, cultivos, suelo, animales, costas, montañas) de las poblaciones rurales pobres que sufren las sequías, olas de calor, escasez de agua, pérdida de cosechas, inundaciones y enfermedades. Las poblaciones urbanas pobres